Rehidratación oral. Actuación inmediata
Las soluciones de rehidratación oral son un medio altamente eficaz para evitar la deshidratación y en su empleo cuenta más una actuación rápida que cualquier otra consideración, ya que no presentan efectos adversos. El diagnóstico y el tratamiento deben dejarse en manos del médico, ya que la deshidratación no tratada es una entidad patológica grave, sobre todo en recién nacidos o niños de corta edad. Sin embargo, si existe alguna dificultad para acudir de inmediato al médico, el farmacéutico puede actuar recomendando instaurar rápidamente un tratamiento rehidratante oral, sin que ello excluya una valoración posterior por parte del pediatra. Es importante también conocer las pautas de administración, que son motivo frecuente de consulta en la farmacia, así como recomendar una adecuada medida del agua empleada para la disolución de los productos sólidos, ya que si no se mide con precisión, se prepararán y administrarán soluciones con una concentración diferente a la recomendada. En el seguimiento de los pacientes hay bastantes farmacéuticos que piden a los familiares que informen de si han tenido alguna dificultad en la rehidratación inicial, que debería producirse en un plazo de entre 4 y 6 horas, para ayudar a tomar las decisiones que sean más convenientes –volver al médico, iniciar la alimentación normal con advertencias sobre alimentos o bebidas a evitar, etc.–. Por último, en casos de intolerancia o rechazo a alguna solución rehidratante, es preferible cambiar de producto, recomendando aquellos que tengan una mayor concentración de glucosa o mejor sabor.